Historia de mi vida en unas líneas
Cuando tenía 17 años escribí en el encerado de mi clase: Lo más profundo es la piel. La frase, de Paul Valéry, me había impactado con inusitada fuerza -la había leído, por cierto, de pluma del jovencísimo Savater de Ensayo sobre Cioran. Desde entonces he leído pocas cosas tan sumamente profundas.
Sin embargo, aquello sólo me granjeó la risa generalizada de mis compañeros y una pregunta presuntamente mordaz de mi profesor de Historia: ¿Eso quién lo dijo, una modelo?.
De modo que volví a mi casa y a mis libros. Los que comprendían aquella frase, los que me comprendían, estaban, como ahora, muy lejos.
Sin embargo, aquello sólo me granjeó la risa generalizada de mis compañeros y una pregunta presuntamente mordaz de mi profesor de Historia: ¿Eso quién lo dijo, una modelo?.
De modo que volví a mi casa y a mis libros. Los que comprendían aquella frase, los que me comprendían, estaban, como ahora, muy lejos.