viernes, septiembre 02, 2005

Presunción de realidad

Hoy tuve con Ibán una de esas curiosas conversaciones en las que se empieza hablando de la inteligencia artificial y se termina debatiendo acerca de si nuestra realidad puede o no ser calificada de verdadera. Independientemente de lo interesante o tedioso que a cada uno le pueda resultar el tema, lo que más me llamó la atención de nuestro diálogo fue una de las argumentaciones con que Ibán me exigía que le desmotrase la "falsedad" de nuestra realidad: alegaba una física "presunción de realidad", equivalente a nuestra jurídica "presunción de inocencia", para esgrimir que, salvo demostración de lo contrario, nuestra realidad era forzosamente "real".

Yo repliqué, trabalenguas al margen, que la presunción de inocencia valía, realmente, poco. Si yo asesino a alguien, soy inocente mientras no se demuestre lo contrario a nivel jurídico, pero soy realmente culpable. Presumir la inocencia de alguien puede ser un excelente método al afrontar la tarea de impartir justicia, pero a la hora de analizar la realidad de unos hechos, cualesquiera que sean, es un instrumento tan inútil como lo sería presumir la culpabilidad de alguien.

¿Por qué ese afán de presumir siempre en positivo? Si nuestra realidad es real o no, lo desconozco, pero sé que no la podré considerar como tal salvo que tenga una demostración irrefutable de que lo sea.

Y por eso, más distendidamente, mietras no se demuestre lo contrario, el monstruo del espagueti volador es tan divino como cualquier otra deidad que hayamos concebido... y esta nuestra realidad es tan inconsistente como cualquier otra que podamos concebir.
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